Es la primera crema reductora con la que noto efectos. Como todas las cremas de este tipo requiere constancia, pero en dos semanas de aplicación puedes medir los resultados (se nota también al ponerte unos vaqueros que te aprietan menos y a la vista). Sirve para muslos y caderas (no vientre, lo que es un fallo).
Ha de aplicarse de noche. La piel está más receptiva después de la ducha, pero yo soy de ducha matutina generalmente y pese a que no la aplicaba recién duchada he obtenido resultados.
Cuesta cara en el momento de comprarla (54 euros en la parafarmacia de El Corte Inglés), pero el tarro es grande y cunde muchísimo. Tengo mi bote desde antes del verano. Hay que usar poca cantidad porque hay que masajear la zona hasta que se absorba.
Deja una especie de velo blanco sobre la zona, que si mancha la ropa de cama no es problema porque se elimina con un sacudido enérgico o en la lavadora sin tratamiento especial.
Tiene un olor peculiar que yo nunca describiría como desagradable, pero es importante saberlo. El olor no permanece en la piel a la mañana siguiente.
Ventajas: muy eficaz, cunde mucho, no mancha (en sentido de otras cremas de base grasa, difíciles de quitar).
Desventajas: aplicación nocturna (a veces se llega cansada y se puede caer en la tentación de no usarla), olor especial, en el momento de comprarla hay que aflojar pasta, aunque luego cunda mucho.
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